El 14 de octubre es el Día Mundial del Huevo y queremos aprovechar la ocasión para hablaros de este alimento. ¿Qué sabemos de éste y de su alergia o intolerancia?
Primero: diferenciar entre alergia e intolerancia
Ante todo, como siempre explicamos, hay que diferenciar entre alergia e intolerancia. No es exactamente lo mismo. En una alergia existe una reacción del sistema inmunitario, mientras que en una intolerancia el sistema inmunitario no juega ningún papel, sino que es un tema metabólico y digestivo. Además, aparte de este aspecto más técnico, tampoco tienen los mismos síntomas una que la otra. Te recomendamos que leas el artículo de nuestro blog donde hablamos sobre este tema para que puedas informarte mejor antes de continuar.
¿Qué sabemos sobre la alergia e intolerancia al huevo?
Los huevos son uno de los alimentos que causan mayores alergias entre los niños. Esta condición suele aparecer antes de los 2 años de vida y puede desaparecer en los primeros 6 años. Dicho de otra forma, el 39% de las alergias a este alimento están en la edad pediátrica.
Los síntomas de alergia al huevo normalmente se manifiestan después de ingerirlos directamente o de ingerir alimentos que contienen. Los síntomas varían de moderados a graves y pueden comprender la erupción cutánea, la urticaria, la congestión nasal, los vómitos y otros problemas digestivos.
En cambio, los de la intolerancia suelen ser algo más leves y pasan por síntomas como: dolor abdominal, flatulencia, hinchazón abdominal, pérdida de peso o diarrea, pero a veces también estreñimiento.
¿Qué alimentos debo evitar si no puedo comer huevo?
El único tratamiento eficaz de la alergia es evitar tomar huevos o alimentos que lo contengan. Por eso, los productos que no son directamente huevos pero que pueden contenerlos son aquellos como: productos de pastelería o bollería, pan, embutidos, caramelos, quesos, cremas y sopas, algunas margarinas y salsas…
Una forma de saber si algún alimento procesado contiene huevo, es fijarnos en el etiquetado. Las proteínas de huevo pueden aparecer en las etiquetas de los alimentos como: albúmina, coagulante, emulsificante, globulina, lecitina o E-322, livetina, lisozima, ovoalbúmina, ovomucina, ovomucoide, ovovitelina, vitelina o E-16.
Celiaquía y otras intolerancias
La celiaquía y las demás intolerancias no es que estén ligadas por el hecho de serlo, sino que las personas celíacas sin diagnosticar o aquellas que sí están diagnosticadas pero que no siguen una dieta adecuada, pueden presentar síntomas relacionados con alguna otra intolerancia alimentaria.
Dicho de otro modo, el daño que nos provoca la respuesta inmunitaria ante la presencia del gluten en la mucosa intestinal causa a un mal funcionamiento del intestino en general que puede afectar a la producción de enzimas encargadas de procesar otros alimentos, como ocurre con algunas intolerancias. Y de ahí la confusión.
En muchos casos, una vez la celiaquía es diagnosticada, desaparecen el resto de síntomas asociados a otras posibles intolerancias.
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